Para, observa, siente, expresa.
Actuamos en la vida con piloto automático sin pararnos a pensar que hacemos, porqué y si es eso realmente lo que queremos. Parar a observar a través de la fotografía es mágico.
Tanto si coges la cámara para hacer fotos, como si la cojo yo para hacértelas a ti, si observar tus fotografías, o las que otra persona ha hecho… algo pasará por tu cabeza, y de ahí a tu corazón, y seguramente, algo en ti quizás cambiará.
A través de mis mentorías y talleres, así como en los retiros anuales, te invito a que experimentes y aprendas fotografía de una manera que va mucho más allá de la pura técnica.