Vivir en Estocolmo y venir de vacaciones a España en verano en busca del sol, es una tradición para ellos. Y si a parte de esto, aprovechan para hacerse una sesión de fotos en familia, al aire libre, sin grandes preparativos, ni posados, y me llaman para que sea yo la fotógrafa… ¡qué más puedo pedir! Unos botellines de agua fríos, las últimas horas de luz del día, el mar, y cero vergüenza de los peques, dieron lugar a este reportaje de fotos en familia.
Pretendo que este tipo de sesiones se conviertan en un plan de familia, en una tarde juntos pasándolo bien, en una experiencia que os aporte alegría y de la cual, vais a obtener uno de los recuerdos de familia más bonitos que se pueden tener, las fotografías. Pensad por un momento, ¿qué salvaríais de vuestro móvil si se estropea?¿o de vuestro ordenador?