Si ella es presumida, ¡pues allá qué voy! ¡Se presentó a la sesión con su «pintalabios» en mano y dispuesta a sonreír a la cámara a mínima oportunidad!
Hay sesiones que se sienten como pequeños regalos, y esta fue una de ellas.
Hacer una sesión de fotos al aire libre con peques es de lo que más disfruto, dejándoles que ellos vayan haciendo, que lleven su propio ritmo eso sí… con un poco de control porque sino luego pasan de mi totalmente. No hay prisas ni poses forzadas. Mientras ellos juegan, corren o simplemente se toman un momento para explorar, yo voy haciendo fotos. Digamos que les voy acompañando, guiándoles de forma sutil para que todo fluya con naturalidad. Y cuando eso ocurre, la fotografía hace su magia. 😊