El placer de hacer nada
¿Habéis probado a estar un rato haciendo nada? Hacer nada, nada de nada. 🤓 El otro día haciendo sesiones de fotos al aire libre, entre sesión y sesión, tenía media hora libre, estaba en la calle y pensé: “tengo que aprovechar el tiempo, voy a contestar los emails pendientes y a preparar dos presupuestos desde el móvil”. Y de repente me di cuenta que realmente me apetecía cero hacer eso, y decidí no hacerlo, entonces opté por hacer nada. Me senté en un banco, e igual que los señores miran obras, me quedé ahí media hora viendo pasar a la gente, escuchando los sonidos de la calle, imaginado cosas…
Parece que tengamos que ir siempre a mil por hora y no perder un instante del día, y se nos olvida la importancia de hacer nada, la necesidad de aburrirse. La vuelta al trabajo parece que nos empuja de nuevo al ritmo de vida que llevábamos antes, a no parar, a todo ya, a hacer, hacer y hacer como pollo sin cabeza. Pero a mí esta forma de vivir la vida no me gusta, no me gusta convivir con el “no tengo tiempo”, actuar sin sentir, sin escucharnos, hacer esto o aquello porque ”tengo que” y no porque “quiero”… Creo que hace unos meses, no me hubiera sentado en el banco a hacer nada. Veo y siento muchas cosas que ya no me encajan, muchas cosas que no voy a retomar. 😉 ¿Alguien está de acuerdo conmigo?
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